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“Que suenen los tambores por el bien universal.”
Las ondas sonoras armónicas penetran a través de la piel haciendo un micro masaje en nuestros tejidos, en nuestros órganos y en todas las dimensiones del ser.
Beneficios:
Los sonidos y la música son una antiquísima forma de despertar y activar los mecanismos de autocuración. La terapia vibracional sirve para desbloquear la energía, generar cambios positivos y atraer las cosas que te hacen bien.
Método:

El tambor chamánico tocado cerca del cuerpo produce un micro masaje que desbloquea y limpia energías estancadas

El didgeridoo, didjeridu o diyiridú es un instrumento de viento ancestral utilizado por los aborígenes de Australia en sus ceremonias.

Sonaja hecha por el artista Leandro de Taos, New Mexico, EEUU en la que se combinan las energías del caballo en los pelos superiores, el puma y el águila en la pluma.
1. En la postura del Indalo, el sanador recorre con el sonido del tambor u otro instrumento musical el cuerpo del paciente desde muy cerca, pasando por sus canales y centros energéticos, desde los pies a la cabeza y por los brazos extendidos.
Cuando recibimos el poder curativo de las ondas sonoras junto con el pensamiento benévolo de los mensajes del Indalo, los efectos sanadores se incrementan. Por este motivo es conveniente acompañar la vibración del sonido con mensajes oportunos recitados mentalmente o de viva voz.
2. Descansa colocando las manos una sobre la otra en el centro del pecho.
NOTA: Se puede usar cualquier instrumento tocado con la intención y el modo que favorezca la armonía, la salud y el placer.
Los tambores, las flautas, los diyeridoo, los cuencos cantores tibetanos y las sonajas son instrumentos usados desde tiempos remotos por numerosas civilizaciones en sus rituales sanadores.
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