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Siembro, cuido y recolecto buenos frutos con paciencia y eficiencia.
Beneficios:
Es un ejercicio que moviliza todo el cuerpo: brazos, muñecas, manos, cuello, tronco y piernas, aportándonos flexibilidad y agilidad. Mantiene habilidades motrices de nuestro pasado recolector.
Aporta una actitud positiva y receptiva para obtener buenos resultados.
Método:
Visualiza que tus deseos son como frutas que alcanzas con las manos.
1. Adopta la postura del Indalo.
2. Imagina que recoges una fruta, cierra tu mano, girando la muñeca y tirando como si arrancaras la pieza imaginaria. Repite con la otra mano.
3. Recoge otras frutas que están bajas y otras frutas que están en el suelo. Cuando te agaches hazlo flexionando las piernas sin doblar la espalda.
Actúa con espontaneidad, haz este ejercicio dinámico el tiempo que te apetezca y consigue que se hagan realidad tus deseos.
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