Traducción al castellano por Gracia Baldomero
Mi hija Ivana estaba siendo sometida a una serie de pruebas después de haberle sido detectado un cáncer de cuello uterino. Resultó que había un 99 por ciento de probabilidad de padecer esta enfermedad. El oncólogo dijo que lo único que faltaba por determinar era hasta donde se había extendido el cáncer.
Recibimos los resultados de las pruebas un viernes. Programaron intervenirla quirúrgicamente el lunes siguiente. El día antes de la operación me fui andando a la montaña donde a menudo oraba y repetía el mensaje de Indalo para la curación a distancia, primero en silencio, luego susurrando, luego a pleno pulmón con mis brazos abiertos al cielo. Mientras miraba a través de los picos tuve la visión de tres ángeles. Uno estaba de pie a la cabeza de mi hija. Otro a sus pies, y el tercero besaba su matriz. Este sacó del interior de mi hija trozos oscuros de materia arrojándolos fuera. En ese momento supe que mi hija estaba curada. Al otro día la operación confirmó que estaba libre de cáncer.